Malvinas: La Operación Rosario

La batalla del Atlántico Sur supuso un cambio doctrinal a la hora de realizar los denominados asaltos anfibios

Ambos países disponían de fuerzas anfibias de larga tradición histórica y capacitadas para realizar de forma eficaz cualquier tipo de misión de desembarco. El empleo de estas fuerzas resultó determinante en el transcurso de la batalla, siendo argentina quien empleó a sus comandos anfibios para la toma de las Malvinas.

Por Javier Sánchez

La Operación Rosario, como finalmente se denominó al desembarco argentino para la toma de las Malvinas, involucró a gran parte de la Armada. Se formaron tres grupos diferentes, el primero incluía las unidades de transporte; buque de desembarco de carros Q-42 ARA Cabo San Antonio, rompehielos antártico Q-5 ARA Almirante Irízar y el transporte Isla de los Estados.

Junto a estos buques navegarían los destructores D-1 ARA Hércules y D-2 ARA Santísima Trinidad, las corbetas P-1 ARA Drummond y P-3 ARA Granville y el submarino S-12 ARA Santa Fe. Dando cobertura a estas unidades de intervención se encontraban el portaaviones ARA 25 de Mayo, los destructores D-27 ARA Comodoro Py, D-26 ARA Bouchard y D-29 ARA Piedra Buena y el petrolero B-18 ARA Punta Médanos.

En la madrugada del viernes 2 de abril de 1982 el segundo Batallón de la IMARA, a bordo de sus vehículos anfibios acorazados, comenzó el desembarco en la playa denominada Yorke Oeste. Anteriormente un Grupo de Buzos Tácticos procedentes del submarino ARA Santa Fe realizó la inspección de la playa señalada para el desembarco.

A su vez, una unidad de comandos anfibios en botes de asalto desembarcó desde el destructor ARA Santísima Trinidad en Puerto Enriqueta, en las inmediaciones de la capital. En el último momento hubo un repentino cambio de planes al encontrar posiciones defensivas en la zona próxima al aeropuerto que hubieran complicado la operación.

Esta nueva planificación desarrollada sobre la marcha dejó a la IMARA sin un plan efectivo de apoyo de fuego naval y aéreo, fundamental para llevar a cabo con éxito cualquier tipo de operación anfibia. A pesar de esta falta de planificación, a primera hora de la mañana, todos los objetivos habían sido capturados de forma rápida y sincronizada según lo establecido, sin apenas resistencia y sin haber causado bajas en la población civil.

Los comandos anfibios tomaron el cuartel de los Royal Marines situado en Moody Brook, que se encontraba vacío, pues los 67 Royal Marines se habían desplegado por la costa en un intento de frenar el desembarco argentino. Por su parte el Batallón de Infantería de Marina iba tomando sus objetivos progresivamente después de desembarcar, a petición de los mandos de la IMARA, en un lugar distinto al previsto, más favorable después de haber desaparecido el factor sorpresa.

En esta operación intervinieron un total de 700 Infantes de Marina y 100 integrantes de fuerzas especiales. La superioridad del contingente argentino fue fundamental para la toma de todos los objetivos planificados sin apenas resistencia, tan sólo cabe destacar el combate protagonizado en la residencia del Gobernador donde tras encontrar una dura oposición por parte de las tropas británicas, viendo la contundencia de fuego y el despliegue de las tropas argentinas, a éstas no les quedo otra que renunciar al combate y proclamar su rendición.

Tras más de un siglo y medio de soberanía británica, las Islas Malvinas quedaban nuevamente bajo bandera argentina.

Notas

  1. 30 años de Malvinas: ir a la parte III. http://www.revistanaval.com/noticia/20120514-110010-malvinas-30-anos-despues-3/